Dentro de las expectativas máximas que tiene cualquier aficionado de fútbol, el poder tener una selección muy fortalecida en todos los aspectos y que represente de gran manera a su país, compitiendo de gran manera ante rivales fuertes, viene siendo uno de los ideales en los pensamientos de cada uno de ellos. Pero cuando sucede todo lo contrario, cuando ve a su Selección siendo la menor de las preocupaciones, todo se vuelve una pesadilla.
La problemática del fútbol boliviano es muy compleja, un tema que inquieta por el futuro incierto que pueda tener en lo poco que queda de este atípico 2020. Cada vez surgen nuevos problemas que conllevan a estar lejos de una solución, y todo conlleva a una pesadilla.
Dentro de poco más de una semana, la selección boliviana iniciará su participación en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Catar 2022 teniendo a Brasil como su primer escollo y en condición de visitante. Los jugadores de la ‘Verde’ llevan adelante una preparación interesante (aunque sin ritmo de competición debido al no reinicio de la División Profesional), y la ilusión de hacer un gran papel en las primeras dos fechas (luego enfrentará a Argentina en La Paz) está intacta en cada uno de los futbolistas que siguen su trabajo. Pero todo esto puede cambiar drásticamente tras la determinación de los clubes del denominado ‘G6’ de separar a sus jugadores del trabajo del combinado nacional.
Este fin de semana pasado, la noticia de que los equipos de Bolívar, Guabirá, Oriente Petrolero, Blooming y Wilstermann determinaron retirar a sus jugadores que son parte de los entrenamientos de la selección boliviana, supone un golpe duro para la Verde que esta semana llega a la fase final de sus labores de cara al partido ante Brasil.
Esto implicaría que se tire por la borda todo el trabajo realizado hasta la fecha, en donde los jugadores llevan adelantadas las tareas, en donde el cuerpo técnico ya ha trazado las directrices para lo que serán los dos primeros
partidos por las Eliminatorias. Si esto llega a pasar, se vería una muestra más para el hincha de que la Selección deja de importar a la hora de enfrentar problemas dirigenciales, que se anteponen otros intereses (sin estar a favor o en contra de uno u otro bando).
Todo lo que es el problema de la falta de una cabeza reconocida y con el apoyo total de los 14 clubes que pertenecen a la División Profesional, está teniendo como principal víctima a la selección boliviana. Y lo peor de todo, es que si mañana en la realización de la reunión de Consejo de la División Profesional no se llega a presenciar un quórum para tratar el tema del reinicio del torneo Apertura (entre otros puntos), se corre peligro de que el fútbol no vuelva.
Si este panorama se llega a dar, ya no solo sería la selección boliviana la que recibiría el ‘golpe de gracia’, sino que también todo aquel elemento que está en torno a lo que representa el fútbol profesional boliviano. La crisis se está sintiendo cada vez más, y son muchas las personas que afirman que se ha tocado ya verdaderamente el fondo, de que no se puede caer más bajo (al parecer), pero aún falta mucho por ver.
¿Qué sigue después? ¿Es necesaria la intervención de la FIFA para que se encuentre una salida? Si le preguntan a los aficionados, a los hinchas que cada vez sienten más vergüenza por lo que está pasando la respuesta es sencilla, sí. Ellos han sufrido las derrotas en los últimos años y si de ellos dependiera, la respuesta es que se intervenga y se cambie todo.
De todas formas, no sería el único caso en Sudamérica en el que el máximo ente del fútbol internacional intervenga una Federación, ya lo hace en Venezuela. ¿Pero es necesario llegar a esto?
No se sabe lo que pasará en la próxima reunión de Consejo, así como también como se tomarán los trabajos de la Selección en caso de que más clubes decidan retirar a los jugadores que fueron convocados. Lo cierto es que, y sin importar ya el final del asunto, es que se están tomando decisiones equivocadas y apresuradas a la vez.
Bolivia es uno de los tres países que no ha reiniciado su fútbol en la región sudamericana, y dar por acabado el torneo implicaría que se vendrán muchos más problemas: el cómo queda la repartición de premios o el tema de los descensos, por ejemplo.
Hay mucho en juego sin duda alguna, pero no se está tomando en cuenta el bien mayor en todo país futbolero, el de dar todas las condiciones necesarias para que su selección nacional logre un desarrollo óptimo y pueda llegar a competir de gran manera ante rivales de peso.
Se vienen días difíciles, días en los que se deben tomar decisiones pensando a futuro. El hincha estará esperando atento a lo que pueda pasar, y será crucial para los mismos dirigentes el que se tomen los caminos correctos, puesto que de lo contrario, los aficionados no olvidarán sus acciones. El balón está en el campo de ellos, como lo ha estado siempre, ya que de ellos surgen las ideas para que se logren los objetivos que se trazan. Está en ellos velar por la Selección, por el fútbol nacional.
Por: Alejandro García Pacheco, periodista