Sucedió lo que en realidad era de esperarse. Tras la reanudación de la Copa Libertadores en Sudamérica, y viendo la calidad de rivales que se tenía en frente, la caída de los equipos bolivianos en el torneo internacional era algo que muchos vaticinaban. El hecho de que el torneo local aún no arrancaba y que en frente se tenía a equipos de Brasil (que vienen en ritmo de competencia desde julio pasado) considerados fuertes, la derrota tanto de Wilstermann como Bolívar, eran resultados pensados a cabeza fría.
Las disputas dirigenciales, la falta de acuerdos en las internas de los clubes con respecto a salarios, el hecho de que se aprobaron los protocolos de bioseguridad para el retorno a los entrenamientos, fueron y son algunos de los aspectos que frenan que el hincha boliviano vuelva a disfrutar (aunque sea desde casa) el fútbol local.
Pero si se pone esto de excusa para los resultados que se dieron, no debe ser tomado así totalmente, ya que por ejemplo Estudiantes de Mérida y Caracas FC de Venezuela (país en donde tampoco se ha retornado a la competencia futbolística) sí lograron una victoria importante en el reinicio de la Libertadores.
El daño que le ha hecho tanto a Bolívar como Wilstermann, el que no se haya reiniciado el torneo local, fue evidente no solo en el marcador, sino que también en las acciones dentro del terreno de juego. Salvando algunas diferencias, ambos equipos cayeron en el juego basado en los pelotazos, falta de presión en las áreas de ofensivas, cansancio evidente en los últimos tramos del partido, apelando así a algunas individualidades que se puedan tener dentro de cada plantel. Esto no solo fue señalado por el periodismo nacional, sino que también por entrenadores y críticos en el tema, que dejaron en claro que el futbolista nacional no tuvo una buena presentación individual.
Todos estos puntos eran de esperarse, y queda ahora corregir para seguir adelante en un torneo que será ‘apretado’ en los próximos días para así cumplir con los calendarios; pero hasta mientras, qué se puede hacer para corregir los errores y de una vez volver a ver el balón rodar en las canchas del país.
Urge inevitablemente que se ponga un alto a las pugnas dirigenciales y que se tome en serio este problema de la falta de
fútbol dentro de Bolivia, ya que de lo contrario, otro plantel será el más afectado: el de la selección boliviana.
Si bien, por más que la División Profesional retorne en dos semanas, por ejemplo, poco o nada será de ayuda para el trabajo de la Verde con miras a su debut en las Eliminatorias camino al Mundial 2022. Lo lamentable es que se vienen dos jornadas completamente difíciles, ya que los rivales son Brasil de visitante y Argentina de local, respectivamente. Y ambos seleccionados ya tienen la lista de jugadores con los que contará para el inicio de las clasificatorias mundialistas, estando entre ellos Neymar Jr y Lionel Messi.
Las primeras dos fechas están prácticamente encima, queda como siempre apoyar a que se consigan resultados favorables para que sirva de inyección anímica no solo a los jugadores, sino que también para los aficionados. El punto a mirar debe ser en que para cuando toque disputar las siguientes dos jornadas (establecidas por el momento para mediados de noviembre), ya los equipos bolivianos tengan un roce de competencia más o menos adecuado para que los jugadores aporten a la Selección.
Dentro de la región, Bolivia y Argentina son los únicos países que no han determinado cuándo volverán las competencias futbolísticas en sus territorios. Hasta Venezuela ha encontrado la solución para que el balompié en el país llanero vuelva a ver competencia: haciéndolo en dos grupos por región y con sedes únicas. Esto es muestra que de sus dirigentes han visto la necesidad de poner en la mesa los intereses y objetivos a futuro, y debe ser tomado como lección.
El fútbol boliviano no debe agarrar como consuelo que también Argentina no ha retomado su competición local, ya que la mayoría de jugadores que nutren a su Selección, provienen del exterior, en cambio en el contexto de Bolivia, es todo lo contrario. El ideal de que se piensa por el desarrollo del balompié nacional debe ser puesto en práctica y que no se queden en palabras que se las lleva el viento.
Los cambios deben hacerse pensados correctamente, pero también lo más antes posible para que no se sigan teniendo resultados negativos que después lleguen a ser lamentables.
En esta semana, Bolívar y Wilstermann volverán a entrar en ruedo en la Copa Libertadores, y queda esperar que puedan mejorar la imagen que mostraron en los anteriores días para que sus aspiraciones a clasificar a siguiente instancia no se vean perjudicadas. A esto, también se debe esperar que de una buena vez salga ‘humo blanco’ para definir la fecha en la que la División Profesional retorne a las canchas del país, de lo contrario, seguiremos con el mismo presente, esperando a que ocurran ‘milagros futbolísticos’ para encontrar consuelos pasajeros.
Por: Alejandro García Pacheco, periodista