Hace unos días atrás, se dio la noticia de que el defensor armenio Varazdat Haroyan (quien llegó a ser capitán de su selección y que mantenía regulares actuaciones desde la pasada temporada en el FC Ural de la Premier League de Rusia) dejó el fútbol para integrar el ejército de su país y pelear en el conflicto armado ante Azerbaiyán. Impactante decisión para un profesional que venía cumpliendo con aceptables presentaciones en su club. Pero este no es el único caso de un futbolista que tiene que dejar su pasión por el fútbol para enlistarse en el ejército.
En 2007, el futbolista galés Stephen Healey (que fue profesional por dos temporadas en el Swansea City, pero que las constantes lesiones no lo dejaban en paz), decidió terminar su carrera como jugador para enlistarse en la Royal Army y estar presente en varias incursiones en Irak y Afganistán, muriendo en combate precisamente en éste último país en 2012.
Como estos casos, deben existir muchos más que son desconocidos en el ambiente periodístico y que reflejan cómo los futbolistas, que de seguro llevan consigo el amor grande a su país pero no tienen los mínimos conocimientos respectivos para entrar en acción o carecen del apoyo necesario para que puedan entrar en conflicto, son ‘lanzados’ a la batalla.
Ahora, transformando toda esta pequeña introducción y salvando las diferencias que pueden existir claro está, se puede observar que el presente de la selección boliviana de fútbol y este tema, no son tan alejados como parece.
Y es que al parecer, y como lastimosamente se veía venir, los jugadores de la Selección junto con el cuerpo técnico, fueron lanzados a la ‘guerra’ sin el apoyo necesario para enfrentar un grande del fútbol mundial como lo es Brasil (y después Argentina), en lo que será el inicio de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Catar 2022.
Podrá parecer exagerado, pero se puede interpretar de esa manera. Y es que, a sabiendas de que el inicio de la competición estaba más cercana, los conflictos dirigenciales y demás, no lograron dar el impulso o una fecha para que el fútbol retorne y los integrantes de la Verde tengan el roce futbolístico necesario para afrontar el duelo ante Brasil.
Discusiones, demandas, acusaciones y demás, fueron los principales temas que invadieron la agenda. Lo último y que se veía venir, fue el hecho de que los jugadores del club Oriente Petrolero abandonaron la concentración en medio de lágrimas. Se suma a esto, el no llamado por parte del entrenador César Farías, de los futbolistas de Bolívar y Wilstermann, quien alegó que no quiere “entrar en diatribas con nadie” por la misma situación que llevó a la salida de los futbolistas del club cruceño.
De esta manera, el hincha boliviano expresó una vez más su repudio para con los dirigentes por no dar prioridad a los intereses de la selección boliviana.
Así, el aficionado vio cómo los jugadores fueron lanzados a la ‘guerra’ con el poco apoyo de algunos dirigentes, sin tener un torneo en competencia y una preparación adecuada según el reto a enfrentar, sin la tranquilidad de saber que solo se piensa en la Selección y en su mejoría. Así, y teniendo como dos primeros ‘enemigos’ a grandes rivales como lo son Brasil y Argentina.
Al grupo de jugadores que han venido trabajando en doble y hasta triple turno, nada se le puede reprochar. Pese a limitaciones que se pudo haber tenido en todo el tiempo de trabajo, ellos pusieron de su parte para tratar de llegar de la mejor manera posible al debut ante Brasil. Ellos mismos tuvieron que salir a dar la cara y manifestar su enojo ante la falta de compromiso de algunos dirigentes a la hora de apoyar a la Verde. En palabras del delantero Carlos Saucedo, estaban cansados del “manoseo” que se le hace a la Selección.
A unos cuantos días del duelo ante la ‘Canarinha’, en la mente de cada uno de los jugadores que forman parte del grupo que entrenó para este reto, está el optimismo para afrontar la ‘guerra’ pese a todo. Se tiene un grupo joven (el promedio de edad que iniciará las Eliminatorias es de 25,7 años con un 61% de jugadores de 17 a 26 años), y a ellos solo queda apoyarlos. “Tenemos mucha ilusión de cara a estos dos partidos”, afirmó el seleccionador Farías, y esto tiene que ser respaldado, no hay marcha atrás.
Brasil y Argentina son los dos primeros ‘enemigos’ de la Verde, y tras estos partidos (sin importar los resultados que se puedan dar), se tiene que tener directrices claras para lo que será en el futuro de la Selección. El camino hacia el Mundial es largo, pero las acciones se deben tomar lo más rápido posible de todos los actores del fútbol para que los jugadores que asistan a las futuras convocatorias, no vayan a la ‘guerra’ desamparados, sino con un gran apoyo desde todos los sectores para que ellos se enfoquen en lograr buenos resultados que tanto le hacen falta a los aficionados del fútbol nacional que quieren ver a la Selección dándoles alegrías y no tristezas.
Por: Alejandro García Pacheco, periodista